Discípulo de Jesús - ¿Cómo saber si verdaderamente soy salvo?
"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35). "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte" (1a de Juan 3:14). "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos" (1a de Juan 5:2-3).
¿Cuáles son los mandamientos de Dios para sus discípulos? Resumidamente - ¡El Amor!
"'Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.' Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo.' No hay otro mandamiento mayor que éstos" (Marcos 12:30-31). "De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas" (Mateo 22:40).
"No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque: 'No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.' El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor" (Romanos 13:8-10).
Escoja a Dios creyendo en Su Hijo, Jesucristo; ame a Dios poniéndole a Él primero en su vida; y ame a su prójimo poniendo las necesidades de él sobre las suyas propias. Este es el cumplimiento de la Ley de Dios.
Discípulo de Jesús - ¡Una Advertencia para Todos Nosotros!
Queridos discípulos de Cristo: "'Oíd: He aquí el sembrador salió a sembrar. Aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.' Entonces les dijo: '¡El que tiene oídos para oír, oiga!'" (Marcos 4:3-9)
Jesús dijo esta parábola a la muchedumbre que se había reunido. Él explicó el significado a Sus discípulos en privado: "Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? El sembrador es el que siembra la palabra. Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra. Pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración. Porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno" (Marcos 4:13-20).
El Diablo está empeñado en apartarle de la fe en Dios. Él desea grandemente hacerle dudar de su salvación y limitar cualquier tipo de crecimiento en su vida cristiana, y logra esto de cuatro maneras obvias:
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