Crucificado Con Cristo El Impacto del Pecado
QUESTION: Crucificado Con Cristo – El Impacto del PecadoANSWER:Una definición básica del pecado es: "la transgresión de la voluntad de Dios, ya sea por omitir hacer lo que la ley de Dios requiere, o por hacer lo que la ley de Dios prohíbe." Esta transgresión puede ocurrir por pensamiento (Primera de Juan 3:15), palabra (Mateo 5:22), u obra (Romanos 1:32). Francamente, el pecado es lo que nos separa de Dios. Dios es un Dios santo. Él creó a la humanidad para que fuera santa, pero cuando el pecado entró en la raza humana por el fracaso de Adán de permanecer santo, todos nos volvimos pecadores, nacidos con una naturaleza pecadora. Esa imagen de Dios de un hombre sin pecado se volvió retorcida por el pecado, ocasionando que ese hombre ya no pudiera pensar, sentir, o actuar de una manera que complazca a Dios. El plan de Dios es restaurar Su imagen en el hombre a través de Jesucristo. Él ha predestinado que cada uno de Sus hijos sea conformado a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29).
Crucificado Con Cristo – Liberado de la Esclavitud del PecadoJesús no murió sólo para que podamos ir al cielo, sino para que podamos ser liberados de la esclavitud del pecado; liberados del pecado para que podamos ser libres para servir a Dios. Entonces, ¿cómo se ve el pecado en la vida de un creyente? No hay espacio suficiente para citar todos los ejemplos que se podrían considerar, pero al citar unos pocos, la mayoría de nosotros nos identificaremos sin mucha dificultad.
Algunos creyentes son mentirosos. Mienten para borrar las huellas de haber participado en otra conducta pecadora. Mienten a sus cónyuges acerca de conductas inadecuadas con un compañero/a de trabajo. Mienten a sus jefes cuando se reportan enfermos para poder hacer otras cosas. Mienten a sus hijos cuando no cumplen las promesas que hicieron de pasar tiempo con ellos. Mienten a su pastor cuando inventan excusas por no asistir a los servicios. Mienten a sus vecinos acerca de qué perro fue el que se metió con la basura. Mienten a sus clientes acerca de la calidad del producto que venden. Mienten a la policía acerca de la velocidad a la que conducían. Y le mienten a Dios cada enero, cuando determinan dedicarle más tiempo a Su Palabra.
Algunos creyentes engañan. Engañan a sus esposas o a sus maridos, después de prometer serles fieles. Engañan en su trabajo al marcar tarjeta, para robarle el dinero a su patrón. Engañan en sus impuestos, en lugar de "darle al César lo que es del César." Engañan a sus amigos mientras juegan a las cartas "amigablemente." Engañan en el colegio, para obtener una calificación que no se ganaron. Engañan en el trabajo, para obtener un ascenso que no se merecen. Engañan jugando pelota en su equipo de la liga de la iglesia, para ganar un trofeo que su talento por sí sólo no puede obtener. Engañan al cajero cuando les devuelve dinero de más. Engañan al empleado de la tienda, comiéndose las uvas antes de llegar a la caja. Engañan a la compañía de seguros con reclamos exagerados. ¡Y engañan a Dios cuando no diezman!
Algunos creyentes son sexualmente inmorales. Participan en relaciones sexuales prematrimoniales, a las que Dios llama fornicación. Participan en relaciones sexuales prematrimoniales, a las que Dios llama adulterio. Participan en relaciones sexuales homosexuales, a las que Dios llama abominación. Llenan sus mentes con pornografía, a lo que Dios llama suciedad y libertinaje. Secretamente desean toda clase de fantasías sexuales, a lo que Dios llama lascivia. Han tomado el regalo que Dios ideó para ser compartido entre el esposo y la esposa y lo han pervertido en "libertad sexual." Ciertamente, se han convertido en "amadores de los deleites más que de Dios" (Segunda de Timoteo 3:4) ¡y tienen comezón de oír del amor de Dios mientras que niegan Su santidad!
Apresurémonos un poco diciendo simplemente que algunos creyentes son idólatras, algunos son glotones, algunos son egoístas, y algunos son envidiosos. Algunos creyentes siempre están involucrados en peleas, arrebatos de ira, disputas, y disensiones. Algunos creyentes incluso permiten que su ira se convierta en odio, lo que Dios considera asesinato. Algunos creyentes han permitido el alcohol y las drogas en sus vidas, y han sucumbido a su control. Algunos creyentes intentan hacer dinero fácil jugando con dinero que podría darse para la obra de Dios. Y sí, ¡algunos creyentes incluso utilizan en vano el nombre del Señor, nuestro Dios! ¿Continuamos? ¿O ya se ha ubicado en esta pequeña lista? ¿Ve usted por qué tenemos que ser liberados del pecado para poder servir a Dios?
Presentado con autorización del folleto,
Free to Serve God: 7 Principles Every Believer Should Know, de James O. Jones, Jr. (Light of Life Ministry, edición revisada del 2009). Cortesía de James O. Jones, Jr., y
Light of Life Ministry. Todos los derechos reservados en el original.
Este artículo también está disponible en
inglés.